06/11/17 Magazine COPE Campo de Gibraltar: Carlos Fenoy, presidente Cámara de Comercio Campo de Gibraltar
6 noviembre, 2017
06/11/17 Magazine COPE Campo de Gibraltar: María José Ortiz, AMPA IES Levante, Algeciras
6 noviembre, 2017
Mostrar todo

06/11/17 ‘El Articulista’ hoy: Tamara Ruesca Puertas

tamara ruesca

«El Articulista» hoy: Tamara Ruesca

(Des) Conectado 

La Línea 6 de noviembre de 2017,

Todos en algún momento dado necesitamos “desconectar» pero,  realmente cuando decimos que vamos a desconectar, es cuando nos conectamos con lo único real y necesario; buscarnos especialmente a nosotros mismos y a nuestro entorno, lo verdaderamente auténtico, lo natural en su pura esencia.

¿Qué tiene la conectividad que nos atrapa tanto? Sí no estás conectado no estás en el mundo. La idea de mantenernos conectados todo el día nos crea la ilusión de acabar siendo parte activa de la sociedad.

He de destacar que hay mucho de narcisismo en una sociedad que presume el “subir o compartir en la redes sociales” toda su vida. O te ven, o no eres absolutamente nadie.

Quizás la idea de estar todo el día conectados esconde una dificultad mayor ,  llenarse de algo que no existe.

Un claro ejemplo que se ve afectado es la comunicación interpersonal por la “obligación” de estar conectados en todo momento y en cualquier lugar de éste mundo.
Ante esto, acaban apareciendo conflictos entre parejas, padres, hijos, amigos…y hasta desconocidos.

Una de las características más resaltadas de la conectividad es la obsesión por la inmediatez, que conlleva a una decisión enfermiza por permanecer conectados hasta el extremo de mandar los conocidos “whatsapp” conduciendo, o en una reunión de trabajo. Nos jugamos la vida o nuestro futuro por no tener paciencia, y por creer que estamos obligados a responder de inmediato a todo, hasta olvidarnos de vivir. Cuenta más hacer la foto, que realmente vivir la experiencia que se presenta.
Es vital recuperar el propio ritmo. No hay que acelerarse. No hay que saberlo todo al instante.

Debemos ser coherentes con nuestra forma de estar y vivir la vida.

Hay que poner atención en lo que realmente tiene valor. Debemos aislarnos de tanto ruido comunicativo.

Hay que encontrar tiempo para uno mismo, incluso para no hacer nada y conocer nuestro propio silencio.

Por lo tanto, no es la tecnología la culpable de nuestros males y problemas, sino la actitud que tenemos ante ella.

Debemos ser conscientes que la vida pasa velozmente por delante… y nosotros sin darnos cuenta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

11 − 3 =