La Línea de la Concepción a 11 de Octubre de 2017.
Dicen que te encontraron con el alma arrumbada en el polvo,donde al apagarse las luces,toda en si eras como un despojo ceniciento.
Dicen que nadie te miraba al hablarte, que siempre evitaban cruzar contigo el dardo de tu tristeza, para no contemplar esa tela de araña que velaba tu retina y evidenciaba tu dolor. Bajo los focos, todos te veían asomada al balcón de unos tacones de aguja, pero luego, en la oscuridad,dicen que caminabas descalza, que nieve y aspereza habitaba en tus cabellos, que tú figura era un tronco ajado, descarnado en una danza retorcida que se adhiere a una tierra, que más que inundarte de esperanza,te abrasaba con su aridez asediante y con su cómplice silencio.
Tanto decían de ti, sin siquiera conocerte. Todos los pretextos encontraron para justificar la indiferencia y el desprecio con el que de ti hablaban. Ave de lejanías que abandona su nido, huyendo de la tierra seca, de las balas, de las bombas,de primitivas culturas, de la miseria. Dibujan en sus sueños la esperanza, regalando un futuro lleno de prosperidad, seguridad, estabilidad dignidad, sin ser conscientes que sus alas serían cortadas una vez posada en esta “falsa tierra prometida”.Hoy 11 de Octubre, las Naciones Unidas celebran el Día Mundial de la Niña.
En nuestra cultura occidental, creemos vivir alejados de tan marcadas diferencias, injusticias, machismos discriminatorios…
Pensamos que eso se queda en África, en Oriente, bajo el peso de otras culturas ajenas a la nuestra. Cierto es y las estadísticas oficiales así lo dicen, que lugares como Nigeria, Etiopia o Somalia, portan el vergonzoso honor de ser las naciones donde las mujeres y concretamente, las menores de edad, sufren lo que podríamos llamar la “persecución de género”. También el continente americano con países como Guatemala y El Salvador o en Asia, con Pakistán a, India o China, siguen viendo en las niñas una carga o una vía para obtener beneficios, ya sea con su explotación o con su venta. Desde la prohibición o dificultad para acceder a la educación, forzadas a duros trabajos, mutilación genital, matrimonios concertados, permitidas violaciones, embarazos prematuros, negación a la sanidad, utilización como mercancía de venta…
Solo con nacer, a millones de niñas se les ha arrebatado la dignidad de persona, se les ha robado cualquier posibilidad de futuro, solo por nacer mujer.
No creamos que esto se queda en la otra orilla del Estrecho o a miles kilómetros de nuestras casas. A nuestra Europa, a nuestra España, a nuestras calles llegan miles de estas “monedas” de cambio, vendidas y despreciadas en sus casas. Para explotación laboral o sexual, la inocencia desaparece obligada a madurar tras “barrotes de neón”.
Por muchos brillos y adornos que veamos, no olvidemos que tras esos clubs de carretera, tras esos luminosos parpadeantes, tras esas grandes vallas publicitarias, pueden permanecer ocultas, las vidas de tantas niñas que ayer volaron de sus tierras, engañadas en la búsqueda de dignidad y futuro.
En nuestras manos y en nuestra voz está el poder de la denuncia.
En la de los usuarios de esos lugares donde no existe el amor, la libertad de esas chicas.
En la mano de los gobernantes, el poder de hacer justicia para frenar este “genocidio de género” a escala mundial.
Por José David Muñoz Oliva.