Carmen Fernández y su marido, Carlos Buet -enfermo de Huntington- necesitan darle voz a la situación de los enfermos en la comarca del Campo de Gibraltar. Una enfermedad neurodegenerativa que se transmite por vía genética, que precisa desde neurólogos especializados hasta atención de los enfermos en actividades de día que les permita ir dando actividad a la actividad que pierden en la evolución.
Se sienten muy solos, «hasta cuando conseguimos el pasado 5 de junio darle visibilidad a la enfermedad con la iluminación en púrpura de una fuente sanroqueña, nos vimos muy solos. Es importante para mis hijos, la familia y el resto de enfermos, que se nos escuche y se nos de voz».
Diario AREA: La enfermedad de Huntington, la gran desconocida