El Gobierno escogido por Pedro Sánchez para gobernar España en los próximos meses ha sorprendido y mucho. Para bien en general, aunque obviamente las opiniones son variadas. Pero tras los nombramientos viene la resaca en los medios de comunicación y de pronto llega lo esperado, lo que no sorprende pero sí avergüenza.

Me refiero a los reportajes estos dos últimos días que se han realizado con los perfiles de las nuevas ministras, incluyendo comentarios, más o menos acertados, sobre su manera de vestir y su físico. Recuerdo que recientemente también ocurrió lo mismo con Cristina Cifuentes cuando dimitió como presidenta de la Comunidad de Madrid.

No recuerdo que los periodistas hayan comentado el estilo de Mariano Rajoy, o si Juan Ignacio Zoido estaba en su peso ideal o no cuando era ministro de Interior. Este tipo de reportajes y comentarios en medios de información política y generalista lo único que hacen es reflejar que a pesar de lo que algunos creen, a la sociedad española aún le queda mucho en lo que mejorar.

Es importante recordar que la igualdad sigue siendo un objetivo a conseguir y no una meta que hayamos cruzado por muy impresionante que fuese el apoyo a la causa feminista el pasado 8 de marzo.

Voy a nombrar el currículum de algunas de las nuevas ministras: Dolores Delgado hasta ahora fiscal, experta en la lucha contra el terrorismo; Nadia Calviño, directora general de Presupuestos de la Comisión Europea hasta la llamada de Pedro Sánchez; Magdalena Valerio, funcionaria del Cuerpo de Gestión de la Seguridad Social y especializada en pensiones y temas laborales; y Teresa Ribera, que ha ocupado hasta la fecha la dirección del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales con sede en París. ¿De verdad es tan importante cómo visten personas profesionales y de las que va a depender el Gobierno en los próximos meses? ¿o si se maquillan o no?

Yo no me voy a pronunciar sobre el estilismo de las ministras, lo que sí tengo claro es que algunos medios en este país tienen muy poco estilo.