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28/12/17 «El Articulista» de COPE hoy: Amalia Soro

Epiceno

Esta palabra que a alguno puede parecerle un fichaje brasileño, tiene que ver con la gramática.
Se trata del género epiceno según el Diccionario de la Real Academia; es el sustantivo masculino o femenino para designar a personas o animales sin diferenciar el sexo, para otros autores.

Les pongo ejemplos: gorila, mosca, rana, artista, atleta, mar y muchos más.

La palabra epiceno viene del griego y significa común.

Siempre se ha usado en nuestro maravilloso idioma por personas que saben hablarlo, que lo han estudiado y que tienen una cultura.

Lo gracioso es que de un tiempo a esta parte hay mucha gente que se empeña en rizar el rizo y nos quiere imponer el gorilo, mosco, rano, atleto, artisto y miembra, claro. Existe el o la gorila, el o la atleta, el o la miembro…

Y se complica el discurso la conversación o la edición (porque hay muchos periodistas que lo hacen) con el consabido: ciudadanos y ciudadanas, amigos y amigas, lectores y lectoras, sin acordarse (si es que lo han sabido alguna vez) que al decir ciudadanos, amigos, oyentes, etc. ya se incluye a los dos sexos.

Existe también el participio activo que deriva de los tiempos verbales. Solo tienen una terminación que afecta al género femenino, masculino, artículo y pronombres neutros. De ahí que se diga durmiente, del verbo dormir, contrayente, estudiante, residente…Por tanto se deduce que no podemos decir durmienta, ni contrayenta, ni estudianta, porque son participios. Como no diríamos pianisto, masajisto, taxisto o policío .

Me pregunto: ¿tan difícil es hablar con propiedad? Sobre todo los que tienen la obligación y la responsabilidad de emplear bien el idioma.
No quiero señalar a políticos, politicastros, sindicalistas, locutores, etc.

Y lo malo es que nos contagiamos y si no decimos esas barbaridades creemos que no hablamos bien o que algo se queda cojo.

El lenguaje más eficaz para entendernos es el hablado. Si nos expresamos bien, con corrección, claridad y propiedad, todo el mundo nos entiende. De eso se trata y cuando nos dirigimos a personas que no conocen nuestro dialecto o nuestros localismos hemos de ser educados y claros y no pensar en que ya se espabilarán para entendernos.

El idioma es lo que nos diferencia de los animales, entre otras cosas.

Si esa lengua se emplea mal o no nos sirve para comunicarnos como humanos, apaga y vámonos.

Y no nos sirve escudarnos en la falta de enseñanza, en los giros coloquiales, en que ya nos entenderán… Siempre se puede aprender. Hay que fijarse en los que hablan bien, hay que leer. ¿Pero qué estoy diciendo?

Se me va la olla. No se lleva utilizar bien el idioma. Se sabe que muchos jóvenes estudiantes fracasan en gramática no solo porque las materias de estudio han cambiado si no porque el uso excesivo de los móviles ha contribuido a que cada vez se escriba y hable peor.

Conozco a ingenieros, médicos y arquitectos que tienen un montón de faltas de ortografía por no hablar de la sintaxis, morfología, etc.

Ya sé que los estudios cada vez se encaminan más a la especialización, pero el abandono del latín y el griego, columnas de nuestra lengua, tiene gran parte de culpa en nuestras deficiencias filológicas y es lamentable leer escritos de gente que se supone que ha pasado por la Universidad, pero que ésta no ha pasado por ella.

Así que… a portarnos bien.

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