La Próstata Rebelde, por Jesús Melgar.

Así como Marisol tenía el corazón contento, yo hoy me he levantado con la Próstata Rebelde, mire usted. Los motivos por los que hoy se me ha puesto la próstata protestona?
Pues, míra que hay motivos de mosqueo en los días en que estamos. Y puedo hacerte un catálogo:

… que si Iniesta se va al Japón…

… que si Puigdemon en Berlin, invita a sus secuaces catalinos a darse la vida padre con el dinero de todos los españolitos…

… que si te apete darle un cosqui con todas tus ganas a la Martínez de Castro, a la sazón jefa del gabinete presidencial por hacer corte de mangas y desear que se jodan todos los jubilados que bronqueaban a Rajoy por su ridículo aumento de las pensiones y no dimita…

… que si te da alferecía –o sea, que te pone de los nervios -que la mayoría de los políticos se nieguen a viajar si no es en primera, tenga ingresos de mareo y retiros de oro…

… que si no hay fecha para que devuelvan todo lo mangado los corruptos mientras siguen en la calle los Cascos, Pujoles, Urdangarines y otros burlangas…

… que me tomen por tontos Chaves y Griñán que no se enteraron de nada de los Eres… 

… que los etarras no tengan la casta suficiente como para pedir perdón por tanto tiro en la nuca…

… que se celebre el Salón del Gourmet en Madrid, y yo no pueda ir…

… que la justicia se haya cebado con una estancia exagerada en el talego de Pedro Pacheco…

… que no esté en prisión el estilista de Paquirrín…

Pero nada pone a mi próstata tan cabreada como la marcha de uno de los bigotes más fundamentales de mi vida, junto con el de De la Cuadra Salcedo. Un bigote que incorporó en Londres, de donde nos trajo también la mejor música y con el que fulminó la moda hasta entonces de bigotitos fascistónes rectos, cortitos, como dibujados con tiralíneas a lo Millán Astray. No. El suyo era un bigotón frondoso, pelín hippy, rompedor.

Se nos ha ido José María Iñigo. El mayor icono televisivo del final de la dictadura que metió un soplo de aire fresco en nuestras casas través de esa ventana llamada televisión.
Y, como os digo, mi próstata, protesta. Y no porque ya solo le hará cocochas en cazuela de barro –que las bordaba- a San Pedro.

Mi próstata se rebela porque cada vez nos caen más cerca los obituarios. Y eso… mosquea… una barbaridad.

Al estilo de la radio de cretona: en nuestro programa de discos dedicados, para José María Iñigo, por lo que él ya sabe, para que nos sonría por encima del Arco Iris…