“FLORES PARA LOS MALVADOS”

“Narcos”, “El señor de los cielos”, “Breaking Bad”, “Pablo Escobar, el patrón del mal”, “La reina del sur”, “El capo”, “Fariña”, “El niño”, “Loving Pablo”…la parrilla televisiva y el cine, parecen encontrar un gran filón para alimentar sus audiencias y con ello sus arcas, en el tema que tanto repele y daña a una sociedad decente y equilibrada.

Desde plataformas digitales, medios privados, grandes productoras nacionales e incluso televisiones públicas, las plumas talentosas de los guionistas, adaptan historias reales sobre el narcotráfico, las inventan o las camuflan con acción y aventura, llegando a convertir a los delincuentes, en héroes de la ficción.

El surgir de este producto, no responde a otra causa que la del consumo y demanda por parte de los espectadores.
Personalmente, no presento rechazo alguno a cualquier ficción histórica, donde la figura de los malos, quede bien definida y donde a los buenos, no se les ponga en ningún momento en entredicho.

Sin embargo, el problema lo encuentro en situaciones en las que el mal, se disfraza de victimismo, provocando un empático seguimiento por parte del concurrente.
Se aprecia entonces un desorden de roles, que transmite un más que confuso mensaje a ese público que en gran número es juvenil.

No me entra en la cabeza encontrar en el mercado, cientos de productos de merchandising con el rostro, o la frase de moda, del que fuese el mayor narcotraficante del mundo, con más de cinco mil muertos a sus espaldas, durante su reinado al frente del “Cártel de Medellín»

Vemos a adultos, jóvenes y lo que es peor, adolescentes y niños con la cara de Pablo Escobar en camisetas, fundas de móviles y posters. Sinceramente, creo que se nos está yendo, o mejor dicho, se nos ha ido la olla.
Por un lado exigimos una educación en valores y por otro lado nos topamos con el fomento y la creación de un icono, que solo puede influir de manera negativa en una sociedad honesta.

Escobar, es solo la punta del iceberg, de las permisivas malas influencias que cada día pueden traspasar nuestras pantallas.
En un mundo que se jacta de ser gobernado por la cordura y el sentido común, deberíamos de estar atentos para no permitir que se pueda normalizar e incluso ver con cierto atractivo, actitudes y comportamientos delictivos.

En muchos hogares la televisión, el cine e internet, se han convertido en miembros educadores de las nuevas generaciones. No permitamos que en nuestro nombre, envíen “flores a los malvados” A cada cosa que se la llame por su nombre, para que cuando veamos a los niños jugar a ser jefes de cárteles en los colegios, no nos escandalicemos.

José David Muñoz Oliva.

COPE Campo de Gibraltar-Costa del Sol. 94.7 FM