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Mi patria es el Estrecho,
por Estrella Blanco
La Línea, a 28 de noviembre
La semana pasada tuvo lugar el trigésimo quinto Congreso de Periodistas del Estrecho que ya es histórico por el simple hecho de que ha sido la primera vez que se ha celebrado en Gibraltar.
En la conferencia inaugural de este evento, que ha girado este año en torno al periodismo y la cultura, el periodista y escritor Juan José Téllez calificó al Estrecho como “nuestra patria común” y me he visto reflejada en esta afirmación. Nací en La Línea de la Concepción y de aquí me siento pero mi horizonte es más amplio. También tengo identidad campogibraltareña y en cierta medida me siento más cerca de aquellos que residen al otro lado del Estrecho, de su realidad y su cultura, que de otras zonas de España.
¿El Estrecho es nuestra patria? Puede que sí, puede que todos seamos un poco marineros, un poco piratas, un poco buscavidas, un poco novios del viento, viajeros, acogedores y soñadores. Puede que haber nacido aquí nos haya dado todo eso. Una identidad. Rasgos que nos diferencian de otros nacidos en otros lugares pero en los que nos reconocemos los de ambas orillas.
También me he apuntado que en este Congreso se ha abordado y analizado el papel que la historia, la literatura y la cultura en términos generales tienen a la hora de contribuir a acercar a los pueblos y acabar con los prejuicios. Qué importante es esto. ¿Ha olvidado el periodismo ese papel conector entre diferentes culturas? ¿Somos los periodistas y los medios herramientas para derribar mitos y prejuicios o nos hemos convertido en un arma de aquellos que quieren perpetuar precisamente estos? Tristemente me inclino por la segunda opción.
En una España cada vez con menos medios de comunicación, con menos prensa crítica con los poderes establecidos y con menos periodistas en las redacciones no hay apenas tiempo para los reportajes y para el análisis. Cada vez somos más mensajeros y menos periodistas y ahí pierde toda la sociedad. Si encima, como es en este caso, hablamos de temas como el arte, la música, la historia o el patrimonio, olvídense. No hay casi espacio para estas cuestiones en los medios, ni tiempo, ni personal que dedicarle.
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Los periodistas del Campo de Gibraltar, de Marruecos y de Gibraltar se han reunido para hablar sobre estas cuestiones, para poner sobre la mesa puntos de vista en común y otros en los que difieren, para aprender los unos de los otros y esta vez sí para usar el periodismo como nexo de unión, como herramienta para sumar y para derribar prejuicios.
Mi enhorabuena a los organizadores, entre los que se encuentra la Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar de la que formo parte. Me ha parecido además un acierto celebrarlo en el Peñón porque ¿no forma acaso Gibraltar también parte de la patria del Estrecho?
En el Congreso también se puso de manifiesto que el Estrecho y cito textualmente “nunca ha sido una frontera real, ni desde el punto de vista de la creación, ni desde el intercambio entre pueblos, sino una frontera ficticia”. Y es por eso que por esas fronteras que establecen los estados se cuelan los libros, las partituras y los sones de los instrumentos y los episodios de la historia única de cada pueblo y ciudad y toda aquella que tenemos compartida.
El mar separa las dos orillas pero a la vez estamos tan próximos y en los días de Poniente el otro lado se ve tan claro que nos sentimos cercanos y unidos. Y es que al fin y al cabo somos hijos de la misma patria.