El pequeño Alejandro padece IRC (Insuficiencia Renal Crónica) y ya en el mes de mayo -tras conocer la admisión en el centro escolar de San Pablo Buceite- sus padres y la comunidad educativa solicitaron el monitor necesario para que el pequeño pudiese acudir al centro con normalidad y sin diferencias con el resto de sus compañeros en el curso 2017/2018 que se inició en septiembre.
No fue posible. Tan solo hasta hace un mes, la delegación no remitió el monitor necesario y el pequeño pudo acudir a clase aunque tan solo dos horas al día porque su monitora no tienen un contrato que cubra toda la jornada escolar. Los padres no entienden como después de haberles dado el ok, la cuestión no está solucionada en tiempo y forma entre otras cuestiones porque no hubiesen alentado al pequeño con su comienzo en el cole.
Los padres, ambos maestros, piden a la delegación que no haga diferencia y que cumpla con el protocolo establecido una respuesta que no tienen tampoco otros cuatro colegios del Campo de Gibraltar, pendientes de la contratación de monitores para los alumnos que precisan la atención especial.
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