Trienio perdido o trienio ganado
11 junio, 2014
La revista cultural «Estrechando», se presenta en La Línea
19 noviembre, 2014
Mostrar todo

El que la sigue, la consigue

Ana Villalta

ana villalta

El que la sigue, la consigue

21 de octubre de 2014,

Por Ana Villalta

Tengo que reconocerlo, el refranero español es todo un referente para quién tiene tesón, constancia y maneras. El pasado 16 de octubre, la RAE presentó en sociedad la 23ª edición del Diccionario de la Lengua, aprovechando los trescientos años de su fundación. Esta noticia puede parecer simplemente una curiosidad cultural pero como dicen cerca de aquí, ni mijita.

Los linenses estamos en deuda. Gracias a esta decimotercera edición los linenses estamos en deuda. No con la RAE, pero sí con nuestro paisano Antonio Holgado. Don Antonio, como suelo llamarle, nos ha demostrado a todos que su trabajo, su constancia, su amor por la cultura y sobre todo su gran amor por La Línea de la Concepción, le llevó allá por 1.983 a emprender su cruzada particular: conseguir que el gentilicio LINENSE apareciese en el diccionario de la RAE. “Si los gentilicios de cualquier ciudad, no solo española, están reconocidos en el Diccionario de la Real Academia Española, me pareció extraño e injusto que no estuviese el de los ciudadanos de mi ciudad, La Línea de la Concepción”, aseguraba Antonio Holgado.

En su curiosa odisea, el responsable de que la palabra “linense” sea una acepción académica, contaba como hace varios años trasladó su residencia a Barcelona donde compaginó su trabajo con los estudios universitarios y recordaba: “hace algunos años, consulté en el DRAE – edición 18º de 1.956- el gentilicio de La Línea, encontrando la acepción LINIENSE, mientras la normalidad para dirigirnos era LINENSE, lo que me llevó a ponerme en contacto con la RAE ante la aparición en el diccionario de este adjetivo que no era el que por costumbre veníamos utilizando”.

A su petición la Academia respondió: “la palabra liniense como gentilicio es la que acredita su uso histórico mas generalizado”. Esta simple respuesta fue para nuestro amigo “escueta”. No satisfecho con esta condición recogida por los académicos, Holgado, estudió la explicación lingüística de que el habla popular había hecho desaparecer el diptongo IE por comodidad y fluidez y que tal especialidad no fuese reconocida en la contestación de la RAE.
Holgado, reconoce que su carácter le obligó a insistir. Para lograr su objetivo, contactó con varios lingüistas, entre ellos el académico Emilio Alarcos Llorach. El profesor contestó explicándole la transformación histórica de algunos vocablos. “Una carta muy erudita, en la que me explicaba como la manera normal de llamar a los ciudadanos de La Línea debería ser lineense, pero al quedar en contacto dos vocales iguales se funden en una sola, llegando a linense”.

Las respuestas de los lingüistas y la comprobación de que la primera acepción oficial liniense   -por supuesto sin reconocer tampoco la de linense-   desapareció del Diccionario de la RAE en su edición 19ª de 1.970 y no había rastro de ella en ninguna de las posteriores, decidió Holgado tomar parte y conseguir que La Línea de la Concepción “una ciudad importante –afirma- no podía quedar sin gentilicio reconocido en en la lengua española”.

El 3 de junio de 2012 contactó de nuevo con la Academia y, tras su sólida argumentación, el 25 de octubre de aquel año, con número de registro 287, indicando: se admite que la propuesta recibida por Antonio Holgado el 3 de junio de 2011 ha sido estudiada, revisada y APROBADA, por la Comisión del Pleno de la RAE y aparecerá reflejada en el Diccionario de la Real Academia Española en la próxima edición prevista para 2014”.

Con la paciencia que le caracteriza, acudió a su ordenador a primeros de año para comprobar que sus escritos habían llegado a buen puerto. Aunque hubo un… pero. Como anécdota, hay que destacar que la edición digital tenía un defecto, en la definición el artículo de “la” Línea aparecía en minúscula. Un error tipográfico –imperdonable para la Academia- que fue advertido y corregido.

Hoy ya está todo correcto, salvo la molesta subrayada corrección cuando escribimos un documento en nuestros ordenadores. El vencedor de toda esta batalla me confirma que ha contactado con doña Silvia Fernandez, responsable de la unidad del Diccionario que lamentablemente le ha transmitido que la corrección del subrayado no será posible en breve. La cuestión ofimática será algo mas lenta para esta y otras palabras introducidas en la nueva edición del diccionario académico. “Con simpatía y amabilidad me dijo que perdonáramos los linenses”, comenta Holgado.

Agradecidos don Antonio. No podemos pedirle mas. Su trabajo ha sido toda una demostración de cariño, todo un ejemplo de que con argumentos válidos, conocimiento exhausto del problema, estudio, dedicación y maneras, se puede llegar a formar parte de nuestro español oficial.

De linense a linense, muchísimas gracias..
.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

10 − 9 =