Pasa en las mejores familias y no iba a ser menos en las oscarizadas. La noche mas retransmitida, los modelos mas mediáticos, los patrones mas copiados desde el mismo instante en el que pisan la alfombra roja.
Maquillajes, peluquería, atrezzo, todo en una imagen porque… ¿vale mas que mil palabras?
Visto la imagen superior parece que así es. Divinas, hollywoodienses, caras de ensueño, cuerpos de infarto… permiten escotes, strass, tejidos corpóreos, sandalias de vértigo y contoneos varios. Aunque, si la cintura no es de avispa, el busto no es erecto y los brazos no lucidos… nada de costadillos, cortes esbeltos, color hermoseante ni juego de brillos perfectos. La apuesta segura… el negro. ¡Que manía!
Nos consolamos con el tono elegante, el recogimiento de carnes asegurado y el efecto. Siempre, el golpe de efecto. Pues, bajo mi experiencia y punto de vista, el negro es para ocasiones, solo «quasi perfecto». En momentos como el ejemplo, el patito feo del momento.
¡Libérate! Se puede lucir brazo, se puede aclarar el color. Se debe incluir adorno. Quitar tela y sacar torso. No se es menos elegante por contar con lo que tienes, atrévete a dar un giro, que seguro que a tu cuerpo, la fiesta y la compañía, lo agradecen.