El arte en la palabra

El Sr. Steiner no dejaba de insistir en la importancia del lenguaje del «maestro” y el cuidado del lenguaje en los niños. Leyendo una mijita de estas técnicas esta tarde, te he tenido presente una jartá y es que, llevo días intentando escribirte unas líneas amigo y eso, necesitaba una puesta en escena de las tuyas. Irrepetible tu planta, tu voz casi estudiada, como si de un método del Arte en la Palabra desarrollaras.

El teatro… cuantas anécdotas me has dejado con D.  Eduardo y Doña Eloísa Gómez de la Mata, asegurándome que dejaron marca. Nunca lo dudé amigo… esa manera de proyectar la voz, de manejar las situaciones, de trasladar seguridad, conocimientos y prestancia. Y si algo he podido leer estos días han sido frases, expresiones y palabras en las que eras especialmente eso… un maestro de arte en la palabra. En la frase y en contarla.

Enseñanzas superlativas, como un filósofo de vida, con las que nos metiste en verea y el gusanillo de seguir creciendo en las cosas de casa. En querer a La Línea. La Línea de la Concepción, porque nuestra Patrona era algo más que especial para usted, amigo. La advocación más piojosa y que hace tres años precisamente en estos días, como alcaldesa perpetua, te recibía en casa como Hijo Predilecto. Linense con mayúsculas.

Conseguiste marcar un rumbo de grandeza en nuestra Semana Santa, me decías… “La Línea lo merece todo niña”.  La mujer linense, nuestra Velada y Fiestas, los palios, el costal, los arreglos florales, pregones, los desfiles de moda, el protocolo, saber vestirse, saber contar…

Lo conseguiste. Ahí quedó amigo.  

Todavía resuena tu arte en la palabra como capataz.

Así se habla.

Así se enseña.

Aquí te quedas amigo.