ANA VILLALTA 23 de febrero de 2010
Como ya anunciamos, ayer tarde se reunían los concejales de Participación Ciudadana y Sanidad, Antonio José Heredia y Rosario García, con la asociación de vecinos “Cristo del Mar” de La Atunara y con representantes de la Cofradía de Pescadores. De dicha reunión hoy conocemos que se propuso mantener la tradición de trabajar y comercializar los “volaores”.
“Trabajamos en dos líneas claramente definidas, la de ser este asunto una tradición ancestral de esta barriada marinera y la de mejorar en lo posible las cuestiones sanitarias que tanto preocupan a la Junta de Andalucía”, comentó la concejal de Sanidad.
Según afirma la concejal de sanidad, se quiere dejar muy claro que la actividad manipuladora de este alimento se realiza en las instalaciones que adecuadamente tiene el puerto pesquero de la barriada, “con lo cual la preocupación de la Junta que hacía ver que todo se manipulaba en domicilios particulares no es del todo correcta. No obstante, es evidente que todo puede ser mejorado en este sector”, agregó Rosario García.
Por tanto, se analizó la posibilidad de que pudiera constituirse estos afectados en una cooperativa, algo que fue propuesto por los propios vecinos, posibilidad que será analizada. Rosario García, dentro de las competencias que tiene en el Ayuntamiento, mantendrá contacto con la Unidad Alimentaria del Distrito de Salud del Campo de Gibraltar en orden a recabar información sobre los condicionantes higiénicos sanitarios que se requieren para este tipo de actividad y las normas exigidas en otros municipios con actividades análogas.
Al fin y al cabo unas propuestas lógicas que se deberían haber realizado antes que las declaraciones de Heredia formaran tanto revuelo la pasada semana, a no ser que esa fuese la pretensión y ahora parecer salvadores de la patria de algo que usando el sentido común, tiene una solución mas bien sencilla.
Eso sí, si rotunda y claramente se hacen afirmaciones sobre el lugar de preparación dentro del puerto pesquero, deben cerciorarse que así es y en caso de no cumplirse esta condición, “empujar” a que así sea practicado.
Todos queremos que se mantenga la tradición linense y el colorido, la vida y el movimiento que otorga al maravilloso barrio de La Atunara, pero si además se enmarca todo ello dentro de la normativa sanitaria más básica, una preocupación menos que podría añadirse a todo el que quiera cuidar su salud comiendo productos naturales y realmente sanos.